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lunes, 24 de agosto de 2020

EL CAMBIO

Puerta corazón | Corazones, Dibujos, Catequesis



Me aburría la vida acomodada con tantas cenas de sociedad y personas vacías. Deseoso de un cambio, decidí probar eso que llaman “abrir el corazón” y dejé el mío de par en par. Entraron unos niños hambrientos primero, luego mujeres desamparadas, hombres sin techo, obreros sin sueldo. Aquella algarabía de gente corriente con problemas cotidianos me divertía, pero —pasados unos meses— perdí el interés y les pedí que se marcharan. Como no querían, cerré las puertas y los dejé dentro. Ahí siguen, haciendo ruido.
Para mí ha sido un gran cambio, ahora finjo no oírlos, antes solo fingía no verlos.

Elena Bethencourt

miércoles, 5 de agosto de 2020

Mar (Premio Nacional de Poesía infantil "Charo González", 2020)






MAR 


Alberto quiere ser mar 

con olas en la cintura, 

para jugar con los barcos 

y hacer muñecas de espuma. 

Peinarse las caracolas 

de una gran melena rubia 

que llega hasta el horizonte 

y resbala por sus curvas. 


Alberto quiere tener 

un vestido sin costuras 

adornado de sirenas, 

peces, pulpos y medusas. 

A juego, un fular de algas, 

unos tacones de bruma 

y —con la sal de los charcos— 

pintarse blancas las uñas. 


Guarda su nombre en secreto 

metido en una burbuja 

que flota sobre las aguas 

de su inmenso mar de dudas. 

Nunca pierde la esperanza 

de que alguien lo descubra 

y pronuncie esas tres letras 

como tres gotas de lluvia. 


¿Podemos llamarte Mar? 

—una niña le pregunta—, 

y Alberto se vuelve costa, 

océano, islote, duna. 

Sonríe, dice que sí, 

y sus pupilas oscuras 

encienden toda la playa 

como si fueran dos lunas.

Elena Bethencourt 


(XIII Premio Nacional de poesía infantil Charo González, 2020)

Valoración del jurado:

"En opinión de los componentes del jurado se valoró MAR por ser un poema breve, conciso, de gran belleza de imágenes y palabras en su sencillez, original y poético, con contenido para tomar lección y crecer en el respeto por la identidad de las personas. Poesía cargada de lírica, con abundantes metáforas referidas a la indumentaria marina. Llamó la atención su ritmo, musicalidad y doble sentido de las palabras a través de un lenguaje atractivo e instructivo para la etapa infantil. Formalmente es un romance clásico que se abre con el verso “Alberto quiere ser mar”. Ese “Mar”, nombre epiceno, que puede ser tanto masculino como femenino, referido a Alberto, encierra una clara intención coeducativa rompiendo los viejos tabús de género.
Texto muy propio para ser leído, recitado y representado que expone una historia muy actual y atractiva, texto que emociona y podría utilizarse como recurso educativo para ejercitar la memoria.En definitiva, un poema modelo de literatura de altura y que con tanta seriedad y sencillez nos presenta la galardonada Elena Bethencourt".
Fundación Conrado Blanco