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jueves, 17 de marzo de 2022

Cruzar la raya -

 Ganador de la Microbiblioteca - Febrero 2022

La raya blanca apareció de la noche a la mañana y dividió la ciudad en dos. El alcalde dijo que aquello era una señal y que no debíamos cruzarla.  ¿Y quiénes éramos nosotros para contradecirle?

A un lado quedó la farmacia, la carnicería y el parque. Al otro, la plaza, la panadería y el hospital. A la izquierda, la escuela, el gimnasio y la taberna. A la derecha, la iglesia, la piscina y el cementerio.

Al principio nos lamentamos: que sin hospital cómo íbamos a vivir, que sin cementerio cómo íbamos a morir, que sin plaza dónde celebraríamos la fiesta, que sin cura quién nos iba a casar… Pero con el tiempo llegamos a acostumbrarnos. Los que se quedaron sin escuela enseñaban a los niños en casa y se automedicaban en la farmacia. Los de mi lado aprendimos a vivir sin carne y nos consolamos pensando que, al menos, teníamos pan.

Así vivimos muchos años hasta que un iluminado nos llamó imbéciles: “¿No veis que es solo una línea de tiza y que si queréis, la podéis barrer o cruzar?”

Esa misma noche cientos de hombres y mujeres de ambos lados nos colocamos a lo largo de la raya, enterramos al iluminado y construimos el muro que ahora atraviesa la ciudad.

Elena Bethencourt

martes, 29 de diciembre de 2020

Adolescencia (Finalista anual Relatos en Cadena 2021)

 


Estas humedades que me están matando no dejan de crecer. Gota a gota han inundado el suelo y suben por las paredes.
    A veces, de repente sales de tu cuarto y chapoteas por los charcos del salón como si fueras feliz. Yo me alegro de que sonrías otra vez. Quiero abrazarte, pero vuelve ese brillo a tus ojos y crece el nivel del agua.
    Me ahogo sin remedio en esta casa navegable, esperando que más pronto que tarde, dejes de llorar por él.

Elena Bethencourt

miércoles, 5 de agosto de 2020

Mar (Premio Nacional de Poesía infantil "Charo González", 2020)






MAR 


Alberto quiere ser mar 

con olas en la cintura, 

para jugar con los barcos 

y hacer muñecas de espuma. 

Peinarse las caracolas 

de una gran melena rubia 

que llega hasta el horizonte 

y resbala por sus curvas. 


Alberto quiere tener 

un vestido sin costuras 

adornado de sirenas, 

peces, pulpos y medusas. 

A juego, un fular de algas, 

unos tacones de bruma 

y —con la sal de los charcos— 

pintarse blancas las uñas. 


Guarda su nombre en secreto 

metido en una burbuja 

que flota sobre las aguas 

de su inmenso mar de dudas. 

Nunca pierde la esperanza 

de que alguien lo descubra 

y pronuncie esas tres letras 

como tres gotas de lluvia. 


¿Podemos llamarte Mar? 

—una niña le pregunta—, 

y Alberto se vuelve costa, 

océano, islote, duna. 

Sonríe, dice que sí, 

y sus pupilas oscuras 

encienden toda la playa 

como si fueran dos lunas.

Elena Bethencourt 


(XIII Premio Nacional de poesía infantil Charo González, 2020)

Valoración del jurado:

"En opinión de los componentes del jurado se valoró MAR por ser un poema breve, conciso, de gran belleza de imágenes y palabras en su sencillez, original y poético, con contenido para tomar lección y crecer en el respeto por la identidad de las personas. Poesía cargada de lírica, con abundantes metáforas referidas a la indumentaria marina. Llamó la atención su ritmo, musicalidad y doble sentido de las palabras a través de un lenguaje atractivo e instructivo para la etapa infantil. Formalmente es un romance clásico que se abre con el verso “Alberto quiere ser mar”. Ese “Mar”, nombre epiceno, que puede ser tanto masculino como femenino, referido a Alberto, encierra una clara intención coeducativa rompiendo los viejos tabús de género.
Texto muy propio para ser leído, recitado y representado que expone una historia muy actual y atractiva, texto que emociona y podría utilizarse como recurso educativo para ejercitar la memoria.En definitiva, un poema modelo de literatura de altura y que con tanta seriedad y sencillez nos presenta la galardonada Elena Bethencourt".
Fundación Conrado Blanco




miércoles, 1 de julio de 2020

EL TRATO (Ganador del Segundo Premio de Relatos en Cadena 2020)

Antes de ver lo que Arturito, el repetidor, llevaba en su caja de compases, acepté cambiársela por la mía. Primero pusimos dentro las cosas que nos dolían y nos comprometimos a llevar la carga del otro, seguros de que la nuestra era peor.
En mi caja metí el beso que Lucía —mi Lucía– le dio a mi vecino y la noche en que mi padre se fue. Al abrirla, Arturito se sintió huérfano de repente y se volvió desconfiado como yo.

En mi caso, desde que abrí la suya —hace ya tres años— estoy en quinto, coladito por los huesos de la maestra, dispuesto a repetir curso eternamente, sufriendo lo indecible por amor.

Elena Bethencourt

Escuchar Final mensual 25/11/19

                                            Vídeo final anual 29 junio 2020



miércoles, 18 de marzo de 2020

Nunc aut nunquam

Relato finalista de La Microbiblioteca, enero 2020

Cuando llegaron Más Adelante y el Día de Mañana estábamos tomando el fresco. Caminaban lentamente, como si arrastraran una pesada carga. Ya estamos aquí, dijeron y soltaron todo lo que durante años habíamos ido dejando para Más Adelante: las clases de teatro de mi hermana Puri, la carrera de mamá, las vacaciones familiares en el mar y la reducción de jornada de papá. También trajeron los momentos que perdimos por estar trabajando para el Día de Mañana y las personas a las que renunciamos, como mi novio Lucas, el pobre, que lo abandoné porque no podía darme un futuro mejor.

Se fueron muy deprisa. Las ofrendas y los sacrificios que habíamos hecho por ellos se quedaron tirados en el suelo. Son nuestros, dije, venga, vamos a usarlos. Pero mamá ya no quería estudiar, Puri tenía un puesto fijo en el ayuntamiento, yo me había casado con un idiota y, a estas alturas —con la vida tan hecha— era imposible irnos a la playa todos juntos.

Papá —a punto de jubilarse— fue el más desilusionado con la visita y empezó enseguida a hablar de un tal Aquellos Tiempos.

Desde una esquina, el Día de Hoy observaba la escena esperando tal vez que alguien le prestase un poquito de atención.

Elena Bethencourt 

jueves, 12 de septiembre de 2019

Rutinas


Ganador Semanal Relatos en Cadena (Cadena SER 9/09/2019)


Si dijera que sentí dolor, mentiría. En el fondo me hizo gracia. Mira que venirme a decir ahora, después de cuarenta años, que nunca me ha querido. Me dio por reír. «Yo a ti tampoco», le dije, más que nada para que se quedara tranquilo. Suspiró aliviado. Me besó en la frente y se hundió en el sillón orejero a ver la tele mientras esperaba la cena.
Me puse a hacerle una tortilla bien cuajada, con todo, como a él le gusta. Quizás me pasé un poco con la cebolla porque, mientras la cortaba, no podía dejar de llorar.
Elena Bethencourt



domingo, 4 de agosto de 2019

Apocalipsis


Relato ganador junio 2019, Relatos sobre abogados, Abogacía Española




Acaban de decretar otro toque de queda en la aldea. El abuelo se queja de estas decisiones arbitrarias. A la luz de una vela nos habla de la vida de antes de la explosión, de cuando era abogado y había leyes, jueces, paz, orden, agua corriente y electricidad. Civilización, dice. Con nostalgia saca de un cajón un cartel muy llamativo que anuncia veinte gigas por diez euros. No sabemos qué son gigas, ni euros, ni eso que él llama “acceso a la información”, pero por verle feliz hemos empezado la Operación Rescate.
Miguelito ha sido el primero en salir. Se ha defendido con uñas y dientes. Acaba de volver con la ropa hecha jirones, lleno de mordidas y arañazos, pero bien aferrado con los dos brazos a su botín. Se ha desplomado a los pies del abuelo y, orgulloso, le ha ofrecido el último ejemplar del Código Civil en papel.

Elena Bethencourt



lunes, 8 de julio de 2019

Corazoncito (Finalista anual de Relatos en Cadena)

Era lo único que podíamos hacer por él, dadas las circunstancias. Sus padres se habían comprado un libro para enseñarle a dormir con un método infalible y llevaban noches dejándole llorar. Primero cinco minutos, luego diez y así hasta que aprendiera a dormir solo.
Una noche el niño sollozó y sollozó. Papá no vino, mamá tampoco. Lloró más y más fuerte. Finalmente, se hizo el silencio, pero solo porque yo mismo salí de debajo de la cama y me lo llevé con mi familia al inframundo. Para que luego digan que los monstruos somos nosotros.


Cadena Ser, Madrid, 8/7/2019

Los diez finalistas de Relatos en Cadena con Francino,
Benjamín Prado, Javier Sagarna y la escritora Julia Navarro





lunes, 1 de abril de 2019

…que va a la ermita

Relato mencionado Convocatoria del color verde de Entc
        Desde que tú te fuiste lloran de pena las margaritas. Hoy vuelvo a salir por el camino verde y llego hasta la encina donde una vez grabamos nuestros nombres. Me pregunto si quizás fueron las malas lenguas las que te alejaron de mí, si tu marido vio en tus ojos una luz que él no te puso o si fue la sombra del pecado la que te dio temor. 
        Cuando dejo de llorar, rezo primero a tu virgen para que regreses. Luego a Dios para que nos perdone. 
        A lo lejos las campanas tocan a misa, pienso en lo qué diré hoy en el sermón y vuelvo corriendo por el camino verde…



martes, 18 de septiembre de 2018

POSVERDAD



Era un desconocido hasta hace poco. Sin embargo, está a punto de recibir el mayor galardón literario por su primera y única novela.
Sin convocarse el premio, la prensa nacional aseguraba que sería el ganador. Sin publicarla, ya estaba vendida. Cuando puso el punto final, había miles de personas en la puerta de su casa esperando. Mientras la escribía, la televisión autonómica afirmaba que era un genio. Antes de empezarla, la radio del pueblo lo presentó como un autor reconocido.
Y justo antes, sin idearla siquiera, empezó el rumor: Eduardo estaba escribiendo. Dicen que lo vieron ir a comprar papel.

Elena Bethencourt




GANADOR WONDERLAND RNE4  8/09/2018

Para escuchar el audio y los comentarios de Jordi Muñoz sobre el texto pincha aquí

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